Every phrase and every sentence is an end and a beginning.

Every poem an epitaph.

/ T.S.Eliot /


sábado, 21 de mayo de 2011

- Anna Ajmátova - La Tierra Natal -


No la llevamos en oscuros amuletos,
ni escribimos arrebatados suspiros sobre ella,
no perturba nuestro amargo sueño,
ni nos parece el paraíso prometido.
En nuestra alma no la convertimos
en objeto que se compra o se vende.
Por ella, enfermos, indigentes, errantes
ni siquiera la recordamos.

Sí, para nosotros es tierra en los zapatos.
Sí, para nosotros es piedra entre los dientes.
Y molemos, arrancamos, aplastamos
esa tierra que con nada se mezcla.
Pero en ella yacemos y somos ella,
y por eso, dichosos, la llamamos nuestra.


- Oliverio Girondo - Nocturnos -



1

No soy yo quien escucha
ese trote llovido que atraviesa mis venas.

No soy yo quien se pasa la lengua entre los labios,
al sentir que la boca se me llena de arena.

No soy yo quien espera,
enredado en mis nervios,
que las horas me acerquen el alivio del sueño,
ni el que está con mis manos, de yeso enloquecido,
mirando, entre mis huesos, las áridas paredes.

No soy yo quien escribe estas palabras huérfanas.


2

Debajo de la almohada
una mano,
mi mano,
que se agranda,
se agranda,
inexorablemente,
para emerger,
de pronto,
en la más alta noche,
abandonar la cama,
traspasar las paredes,
mezclarse con las sombras,
distenderse en las calles.
y recubrir los techos de las casas sonámbulas.

A través de mis párpados
yo contemplo sus dedos,
apacibles,
tranquilos,
de ciclópeas falanges;
los millares de ríos
zigzagueantes,
resecos
que recorren la palma desierta de esa mano,
desmesurada,
enorme,
adherida al insomnio,
a mi brazo,
a mi cuerpo el diminuto,
perdido a en medio de las sábanas;
sin explicarme cómo esa mano
es mi mano,
ni saber por qué causa se empeña en disminuirse.


3

Me asomo a los ladridos.

¿Qué hace este árbol despierto?

Las sombras no se apartan,
se aprietan a sus cuerpos.

No me agrada esta calma,
este silencio muerto,
sin carne,
puro hueso.

A través de la veta, mineral, de una nube,
aparece la luna.

Ya me lo sospechaba.

¿Qué hacer?
¿Qué hacer?

La miro.
Quiero ulular.
No puedo.


4

Y tú también
quejido,
inútil,
extraviado,
de tranvía ya loco
de trajes
y de horarios;
adentro de mis venas,
en mi tiempo,
en mis huesos,
mezclado a mi silencio,
a mi pulso,
a mi fiebre,
a todo lo que impregna
esta vigilia estéril,
con ritmo de gotera,
de persiana que se abre
y golpea, golpea,
aquí,
adentro de lo hueco,
donde estoy confinado,
recluido entre tendones,
asomado a los párpados,
entre azoteas,
ventanas
moribundos,
vajillas que se bañan,
rodeado de papeles,
de todo lo que sufre ,
mi presencia obstinada:
los libros,
la ceniza,
los lápices,
la silla,
el pelo y la dulzura
que se acerca y me mira,
la mesa
y el ropero,
con sus trajes ahorcados,
la cama que me espera
--el velamen tendido--
anclada en la penumbra,
¿en el sueño?,
¿en la vida?,
las cortinas,
la alfombra,
que miro y me entristece
cuando voy a sacarme,
con calma,
los botines,
y llega algún recuerdo
fragmentario,
perdido:
las plazas de mi infancia.
un camino,
una casa;
las manos
las caderas
las piernas amputadas
de mujeres diluidas
por las horas,
los ruidos,
que suelen detenerme,
de pronto
en la certeza
de haberlas poseído
entre muebles extraños;
mientras oigo la calle,
la noche que oscuramente muge,
como una vaca enferma,
al ir a cobijarse
en los grandes hangares
que orinan los inviernos,
mientras salen los trenes,
taciturnos,
quejosos,
que van hacia la aurora
desgarrando el silencio,
con un grito oxidado
que se mezcla a mis nervios,
a mi tinta,
a mi sangre.


5

La lluvia,
con frecuencia
penetra por mis poros,
ablanda mis tendones,
traspasa mis arterias,
me impregna,
poco a poco,
los huesos,
la memoria.

Entonces,
me refugio
en un rincón cualquiera
y estirado en el suelo
escucho,
durante horas,
el ritmo de las gotas
que manan de mi carne,
como de una gotera.


6

Buenas noches, lechuza.

Me agrada la presencia de tus ojos callados,
y ver pastar las sombras debajo de los árboles.

Pero hay algo esta noche,
desazonado,
hueco,
latente,
inexpresado.

¡Ah! Lechuza. Lechuza.
¡Si tuviese tu quena!...
¿Será el viento,
la sombra?

Está aquí.
En la nuca.
A mi espalda.
En tus ojos.

¡Por favor!
No te rías,
No te rías, lechuza.


7

La noche, navegando , como ayer,
como siempre,
por aguas de silencio,
de calma,
de misterio.
y el campo, las ciudades,
los árboles,
lo inmóvil,
rodando por el aire,
como ayer,
como siempre,
a miles de kilómetros,
hacia el sol,
hacia el día,
para seguir de nuevo,
sin descanso,
sin tregua,
el mismo derrotero
de oscuridad,
de estrellas,

¡Qué motivo de asombro!
¡Cuánta monotonía!


8

Un caballo y un coche.

¿Un coche muerto?

Más allá del silencio,
debajo del asfalto,
sobre las chimeneas,
en el aire,
en mis venas,
socavando la noche,
la angustia,
las paredes,
con su trote vacío,
con su ritmo de muerte.

Un caballo y un coche.


9

Solo,
con mi esqueleto,
mi sombra,
mis arterias,
como un sapo en su cueva,
asomado al verano,
entre miles de insectos
que saltan,
retroceden,
se atropellan,
fallecen;
en una delirante actividad sin rumbo,
inútil,
arbitraria,
febril,
idéntica a la fiebre
que sufren las ciudades.

Solo,
con la ventana
abierta a las estrellas,
entre árboles y muebles que ignoran mi existencia,
sin deseos de irme,
ni ganas de quedarme
a vivir otras noches,
aquí
o en otra parte,
con el mismo esqueleto,
y las mismas arterias,
como un sapo en su cueva
circundado de insectos.

- Anna Ajmátova -



Hay en la intimidad de los seres humanos una raya secreta
que ni el amor ni la pasión pueden pasar:
aunque en silencio aterrador los labios se fundan
y de amor el corazón se haga añicos.

La amistad es incapaz, y lo son también los años
de la suprema dicha del fuego
cuando el alma es libre y ajena
a la lenta laxitud de la voluptuosidad.

Los que tienden a ella están locos,
y los que la logran son heridos por la tristeza.
Ahora comprenderás por qué
mi corazón no late bajo tu mano.

miércoles, 11 de mayo de 2011

- Elizabeth Barrett Browning -


Aléjate de mí. Y sin embargo siento
que para siempre viviré en tu sombra.
Nunca más sola en el umbral
de esta mi vida tan aislada
dominaré mi alma, ni alzaré como antes,
serenamente, mi mano hacia la luz
sin sentir lo que evité hasta ahora
el tacto de tu mano sobre la mía. Ha dispuesto
el destino que la distancia nos separe
pero tu corazón deja en el mío y doble
será el latido. Habitas en mis actos
y en mis sueños, como el vino es memoria de sus uvas.
Y cuando ruego a Dios por mí, sólo escucha tu nombre,
y sólo ve en mis ojos fundidas nuestras lágrimas.


Go from me. Yet I feel that I shall stand
henceforward in thy shadow. Nevermore
alone upon the threshold of my door
of individual life, I shall command
the uses of my soul, nor lift my hand
serenely in the sunshine as before,
without the sense of that which I forbore
thy touch upon the palm. The widest land
doom takes to part us, leaves thy heart in mine
with pulses that beat double. What I do
and what I dream include thee, as the wine
must taste of its own grapes. And when I sue
god for myself, He hears that name of thine,
and sees within my eyes the tears of two.

domingo, 8 de mayo de 2011

- T.S. Eliot - Cuatro Cuartetos -



EAST COKER

Llevando el compás, marcando el ritmo en su danzar,
como en su vivir en las estaciones vivas,
el tiempo de las estaciones y las constelaciones,
el tiempo de ordeñar y el tiempo de segar,
el tiempo de aparearse hombre y mujer y el de los animales,
pies subiendo y bajado, comiendo y bebiendo, estiércol y muerte.
La aurora apunta, y otro día se prepara para el calor y el silencio.
Mar adentro el viento de la aurora se arruga y resbala.
Estoy aquí, o allí, o en otro lugar, en mi comienzo.

Keeping time,
Keeping the rhythm in their dancing
As in their living in the living seasons
The time of the seasons and the constellations
The time of milking and the time of harvest
The time of the coupling of man and woman
And that of beasts. Feet rising and falling.
Eating and drinking. Dung and death.
Dawn points, and another day
Prepares for heat and silence. Out at sea the dawn wind
Wrinkles and slides. I am here
Or there, or elsewhere. In my beginning.


viernes, 6 de mayo de 2011

- Marina Tsvietáieva -



En la frente besar -- penas borrar.
Beso la frente.

En los ojos besar -- el insomnio quitar.
Beso los ojos.

En los labios besar -- dar de beber.
Beso los labios.

En la frente besar -- la memoria borrar.
Beso la frente.


Se ha ido. Ya no como:
quedó sin gusto el pan.
Se ha ido -- todo es tiza
si lo llego a tocar.

Para mí, era el pan,
era la nieve;
ya la nieve no es blanca,
el pan no sabe a nada.

miércoles, 4 de mayo de 2011

- Octavio Paz - Espejo -


Hay una noche,
un tiempo hueco, sin testigos,
una noche de uñas y silencio,
páramo sin orillas,
isla de yelo entre los días;
una noche sin nadie
sino su soledad multiplicada.

Se regresa de unos labios
nocturnos, fluviales,
lentas orillas de coral y savia,
de un deseo, erguido
como la flor bajo la lluvia, insomne
collar de fuego al cuello de la noche,
o se regresa de uno mismo a uno mismo,
y entre espejos impávidos un rostro
me repite a mi rostro, un rostro
que enmascara a mi rostro.

Frente a los juegos fatuos del espejo
mi ser es pira y es ceniza,
respira y es ceniza,
y ardo y me quemo y resplandezco y miento
un yo que empuña, muerto,
una daga de humo que le finge
la evidencia de sangre de la herida,
y un yo, mi yo penúltimo,
que sólo pide olvido, sombra, nada,
final mentira que lo enciende y quema.

De una máscara a otra
hay siempre un yo penúltimo que pide.
Y me hundo en mí mismo y no me toco.